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Aviación

Torres de Control Remoto: un gran potencial siempre y cuando mantengan los niveles de seguridad

La Asociación Europea de Pilotos ha publicado su posicionamiento sobre las Torres de Control Remoto, un nuevo sistema para el control del tráfico aéreo que se realiza desde torres de control situadas en un lugar diferente al del aeropuerto del cual se está controlando el tráfico, y del que se ha concedido la primera licencia la semana pasada, a un aeropuerto sueco.

Los pilotos europeos reconocen que este sistema forma parte del futuro y que puede traer enormes beneficios, siempre y cuando se garantice que se mantienen e incluso se mejoran los niveles de seguridad con respecto al control aéreo local.

“La aviación es, por definición, un sector que depende enormemente de la revolución tecnológica y la innovación constante –puntualiza Nico Voorbach, Presidente de ECA-. Por ello, los pilotos mantenemos siempre una posición abierta a las nuevas tecnologías, y estamos dispuestos a trabajar conjuntamente con la industria para asegurar que los servicios de control aéreo remoto mantienen e incluso mejoran la seguridad de nuestros vuelos”
Las Torres de Control Remoto permiten que el control del tráfico aéreo de un aeropuerto se lleve a cabo desde un puesto remoto, diferente a la torre de control, a través del uso de equipos sensores y de vídeo de alta tecnología. Su principal valor es que supera las limitaciones geográficas, permitiendo que los pequeños aeródromos o los aeropuertos rurales con poco tráfico puedan controlarse por completo. Además, las zonas en guerra o las áreas con infraestructuras destruidas se pueden proveer con estos servicios de ATC remoto.

Al mismo tiempo, como todo lo referente a las nuevas tecnologías, hay puntos de conflicto. “Si se introducen a gran escala –apunta Álvaro Gammicchia, Director Técnico de ECA-, cambiarán la forma en que operamos. Eso significa que tendremos que desarrollar nuevos estándares comunes y procedimientos de vuelo para mantener la seguridad. Por ejemplo, pueden ser necesarios nuevos métodos para separar las aeronaves y rediseñar el espacio aéreo, así como adecuar los procedimientos y las medidas de contingencia para los casos de mal funcionamiento del hardware. También será esencial proteger los sistemas de ataques informáticos. Con todo, sabemos que los retos son inmensos pero también hay soluciones”.