FACUA y SEPLA piden a la Ministra de Fomento una implicación real en la seguridad aérea
El próximo día 30, el Parlamento Europeo votará una ley que ha sido calificada de “peligrosa” por expertos científicos y que permite jornadas extenuantes para los pilotos. La implantación de esta ley supondría un paso atrás para España, que hasta ahora contaba con leyes más restrictivas sobre tiempos de trabajo y descanso de tripulaciones. FACUA expresa su preocupación por que los pasajeros europeos puedan subir a un avión con una tripulación fatigada.

El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas y la Asociación de Consumidores FACUA – Consumidores en Acción han remitido una carta a la Ministra de Fomento, Ana Pastor, con un decálogo de reivindicaciones para la mejora de la seguridad aérea. Dentro de este contexto se le insta a intervenir en la votación que se producirá el próximo día 30 en el Parlamento Europeo. Dicho día, la Comisión de Transportes decidirá si saca adelante la ley definitiva sobre tiempos de trabajo y descanso de las tripulaciones aéreas propuesta por la Comisión Europea: una ley que ha sido calificada por diversos estudios de potencialmente peligrosa y de no ajustarse a los criterios científicos sobre la materia.
Esta ley, propuesta por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), lleva años en proceso de redacción, durante los cuales ha sido sometida al examen de médicos y científicos llamados por la propia EASA. Álvaro Gammicchia, director técnico de ECA (Asociación Europea de Pilotos) y experto en seguridad aérea ha matizado que “en muchos de los puntos de la ley, el veredicto de los científicos ha sido negativo, subrayando su peligrosidad al no evitar, según la opinión de los científicos, que las tripulaciones puedan ser víctimas de la fatiga”. A pesar de ello, la Agencia Europea “ha ignorado deliberadamente las recomendaciones de los científicos, y ha publicado una propuesta que se ajusta casi exclusivamente a los intereses comerciales de las aerolíneas, que han ejercido un potente lobby de presión para imponer sus criterios”.
Entre otras, este nuevo Reglamento permitirá algunas prácticas potencialmente peligrosas, con evidentes reducciones de los márgenes de seguridad, como las siguientes:
- Jornadas de actividad laboral extremadamente largas –hasta 22 horas- en el momento del aterrizaje, tras largos periodos de guardia seguidos de actividades de vuelo;
- Vuelos nocturnos de hasta 12 horas ininterrumpidas, cuando los estudios científicos los limitan a 10.
- Programaciones de vuelo que alteran los patrones de sueño y el reloj biológico de las tripulaciones aéreas.
- Guardias indefinidas durante muchos días, que impiden a las tripulaciones planificar sus horas de sueño.
La fatiga de las tripulaciones es peligrosa para la seguridad de los pasajeros de avión. Se trata de un factor presente en un 20 por ciento de los accidentes aéreos, y sus efectos son comparables a los producidos por la intoxicación etílica: se puede llegar a perder el 80% de la capacidad de atención y el 70% de la capacidad de respuesta. La fatiga puede desembocar en errores de juicio, apatía, pérdida de la capacidad de gestionar situaciones complejas, errores al realizar tareas simples y familiares, estrechamiento del campo visual y pérdida de la conciencia situacional.
Asimismo, Álvaro Gammicchia ha apuntado que “los europarlamentarios españoles tienen el día 30 una ocasión única para defender los estándares de seguridad”, de los que España siempre ha hecho gala, “y decir no a la ley que se pretende implantar en toda Europa”. En este sentido, la Ministra Pastor haría un ejercicio de coherencia defendiendo los intereses de los pasajeros españoles en la Unión Europea a través de una manifestación pública en la que exprese su compromiso unívoco con la seguridad aérea. En este sentido, el presidente de SEPLA, Javier Martínez de Velasco, ha señalado que «hemos hablado con el Ministerio de Fomento y tenemos un compromiso con la ministra que España no ava a apoyar nada que disminuya el nivel de seguridad». España no debe permitir que se baje el listón de la seguridad y debe tratar de hacer lo posible por evitar que este despropósito acabe por cumplirse en Europa.
Por su parte, Rubén Sánchez, portavoz de FACUA-Consumidores en Acción ha subrayado que “a esta situación se le suma la falta de coordinación de los organismos responsables con las autoridades de protección al consumidor de las comunidades autónomas», así como «la permisividad con la que se vienen afrontando las irregularidades constatadas». «Todo ello da pie a que las aerolíneas incurran sin dudar en estas irregularidades que no sólo perjudican la economía de los consumidores, sino que además pueden llegar a poner en riesgo su propia seguridad», ha recalcado.
DECÁLOGO DE REIVINDICACIONES:
Por medio de esta carta los presidentes de FACUA, Paco Sánchez Legrán, y del Sepla, Javier Martínez de Velasco, han detallado las principales reivindicaciones de usuarios de aerolíneas y pilotos para mejorar la seguridad aérea y el control y sanción de las irregularidades que comenten las compañías.
Desde FACUA y SEPLA proponen que el Ministerio de Fomento lleve a cabo las siguientes medidas:
- Establecer un sistema de control y supervisión efectivo y preventivo sobre las operaciones aéreas. Para ello, consideran que se debe contar con profesionales cualificados y con experiencia en la materia, como son los pilotos profesionales en activo. FACUA y SEPLA consideran necesario aplicar una labor de vigilancia desde la autoridad aeronáutica para impedir que se den incumplimientos de la normativa, malas prácticas o decisiones arbitrarias de las compañías.
- Reforzar la seguridad de trabajos aéreos como la extinción de incendios, el salvamento marítimo o el transporte de servicios medicalizados, servicios esenciales para el ciudadano que en muchos casos se desempeñan en condiciones de precariedad e inseguridad, critican los firmantes. Para ello, proponen recuperar la figura del oficial de tráfico de aeropuerto con el objetivo de que en todo momento exista al menos un representante de la autoridad aeronáutica ante los posibles problemas de seguridad, operacionales o de atención al pasajero que se puedan dar.
- Proteger la independencia del comandante a la hora de tomar decisiones sobre seguridad ante el actual aumento de las presiones por parte de los operadores. Los firmantes piden a la autoridad que garantice la independencia y el respeto a la toma de decisiones del comandante en materia de seguridad. Además, defienden que se prioricen los criterios de seguridad frente a los económicos y comerciales para contribuir a frenar la degradación generalizada de la aviación, y piden a la Administración que proteja a todo aquél que colabore con la seguridad operacional manteniendo su confidencialidad.
- Prevenir la fatiga en las tripulaciones aéreas. FACUA y Sepla consideran que la Administración española debe presionar en el seno de la Comisión Europea a favor de leyes menos permisivas con los tiempos de actividad de las tripulaciones y fomentar que se redacten según los criterios científicos al respecto.
- Más transparencia de la AESA para la resolución de sus informes y en la tramitación de denuncias. La agencia debe responder a todas aquellas consultas, quejas o denuncias recibidas de particulares u organizaciones, en la línea de la función de servicio que es de esperar de todo organismo público hacia los ciudadanos y profesionales, señalan en la carta. Para ello, consideran esencial llevar a cabo una labor de monitorización sobre las reclamaciones que presenten los pasajeros.
- Investigar los motivos argumentados por las compañías para la cancelación de vuelos. Así, si una compañía aérea intenta argumentar causas de fuerza mayor para eludir el pago de la correspondiente compensación ante un retraso o cancelación, pilotos y usuarios exigen que se compruebe si el motivo ha sido en realidad el esgrimido o, por el contrario, la empresa trata de eludir sus obligaciones. Igualmente, dentro de la ya presentada Ley de Transparencia, estiman oportuno incluir los presupuestos de Fomento para garantizar la seguridad de la aviación.
- Sancionar a las aerolíneas que incumplan sus obligaciones con los pasajeros. En todo caso, consideran que deben ser multadas aquellas compañías que nieguen indebidamente sus derechos a los usuarios ante grandes retrasos, cancelaciones u otras cuestiones que son competencia de Fomento para obligarles a presentar las reclamaciones ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. En caso de que la reclamación sea resuelta por la AESA a favor de los usuarios y las compañías sigan negándose a cumplir con la normativa, éstas deberán ser también sancionadas, algo que en la actualidad no sucede.
- Promover campañas anuales de inspección y control sobre los protocolos de venta de billetes de las compañías para comprobar si cumplen con el Reglamento europeo y la Ley de Navegación Aérea. En caso contrario, las autoridades deben instales a ello y aplicarles las correspondientes sanciones, que han de ser proporcionales al beneficio obtenido con las irregularidades cometidas, exigen FACUA y Sepla.
- Difundir públicamente las sanciones a las compañías aéreas y las infracciones cometidas. Es esencial que los usuarios conozcan qué irregularidades o incumplimientos cometen las aerolíneas antes de contratar un vuelo. Para usuarios y pilotos, Fomento no sólo debe hacer públicas las multas, sino que éstas deben quedar reflejadas en un registro público dedicado al efecto al que todos los pasajeros puedan tener acceso.
- Controlar la solvencia económica de los operadores aéreos. De esta forma se pueden evitar cierres inadvertidos que dejen desprotegidos tanto a los usuarios como a los profesionales afectados, como por desgracia ha ocurrido en demasiadas ocasiones en los últimos años, lamentan FACUA y Sepla.