Raúl Medina: “El transporte aéreo ha transformado el mundo para mejor”
Mach82 entrevistó al Director General de Aviación Civil, Raúl Medina, acerca de los retos medioambientales de la aviación y los planes de España para asumirlos.

Revista Mach82 Nº205. Marzo de 2020.
Raúl Medina es director General de Aviación Civil desde mayo de 2015 y presidente de Eurocontrol para el período 2020-2021. Ingeniero Aeronáutico por la UPM (Universidad Politécnica de Madrid), inició su andadura profesional en el Grupo Siemens y tiempo después pasaría a trabajar para el Ministerio de Fomento en varias áreas relacionadas con el transporte aéreo.
Ante los retos a los que se enfrenta el sector de la aviación en materia de sostenibilidad, su punto de vista es clave a la hora de comprender de qué forma plantea el asunto la Administración Pública.
Mach82. ¿Es posible una aviación sostenible?
Raúl Medina. No sólo es posible, es necesario y por eso constituye actualmente uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector. En sus más de cien años de historia, el sector aeronáutico ha avanzado mucho en este ámbito, gracias fundamentalmente a los avances tecnológicos, que han permitido mejorar considerablemente la eficiencia de los motores y reducir, entre otros aspectos, el consumo de combustible de las aeronaves, pero es necesario ser más ambiciosos y seguir trabajando para poder ofrecer a las nuevas generaciones un modo de transporte totalmente compatible y respetuoso con el medioambiente, acorde con las demandas actuales de nuestra sociedad. La mejora de la sostenibilidad de la aviación debe ser, sin duda, una prioridad para todos los que contribuimos al desarrollo del transporte aéreo.
M82. ¿Cómo se puede reducir el impacto de las emisiones de la aviación?
R. M. En primer lugar, me gustaría poner en contexto el impacto del transporte aéreo en términos de emisiones. Las emisiones procedentes de la aviación doméstica en 2018 supusieron el 0,8% del total de emisiones en España. Internacionalmente, la aviación representa entre un 2% y un 3% del total de las emisiones.
Por tanto, la contribución de la aviación a las emisiones globales todavía es relativamente reducida, pero también es necesario reconocer que nuestro sector ha venido creciendo en volumen rápidamente, y por tanto, en su nivel de aportación a dichas emisiones.
En la actualidad hay múltiples iniciativas orientadas a la reducción del impacto medioambiental de la aviación, medidas que deben ser impulsadas, y en muchos casos complementadas con nuevas propuestas, para conseguir alcanzar los objetivos perseguidos. La modernización tecnológica y los procesos de innovación en el ámbito de la aviación, tan característicos de un sector tan avanzado como el nuestro, serán elementos clave para reducir dicho impacto.
“La modernización tecnológica y los procesos de innovación en el ámbito de la aviación, tan característicos de un sector tan avanzado como el nuestro, serán elementos clave para reducir el impacto medioambiental”
Entre estas iniciativas se encuentran la mejora de la eficiencia de los motores o la utilización de materiales más ligeros en las aeronaves; el aumento de la producción y utilización de combustibles de aviación sostenibles (SAF), un campo con un enorme potencial de reducción neta de las emisiones; así como medidas en el ámbito de la navegación aérea, que tienen en cuenta aspectos tecnológicos y operativos, y que persiguen que las aeronaves vuelen rutas más directas, con perfiles de vuelo más optimizados para reducir el consumo de combustible.
Complementariamente, contribuyen positivamente a la reducción de este impacto, la aplicación de esquemas de compensación de emisiones como CORSIA a nivel internacional, o ETS a nivel europeo.
La combinación de todas estas iniciativas permitirá acelerar el proceso de transición hacia un sector plenamente compatible con su entorno y forman parte del paquete “European Green Deal”, presentado recientemente por la Comisión Europea, y en cuyo desarrollo España está participando activamente.
M82. ¿Qué planes se están adoptando en España en este sentido?
R. M. España está plenamente comprometida con la lucha contra el cambio climático. En este campo trabajamos en dos niveles: internacional, participando activamente en el desarrollo de estándares y programas específicos; y nacional, a través de planes concretos.
En la dimensión internacional, la contribución de España en la definición y aprobación del CORSIA ha sido notable y muy reconocida, y actualmente participamos activamente en el desarrollo e implantación de este esquema de compensación. Este sistema, aprobado en la OACI en 2016, constituye un auténtico hito, pues se trata del primero que se adopta a nivel mundial para reducir las emisiones de un sector concreto, como es el de aviación.
En el ámbito europeo, la aviación está incluida en el ETS, un sistema de comercio de emisiones que persigue objetivos similares a CORSIA, aunque previo a éste, y que es una de las piedras angulares de la UE para lograr una economía neutra en emisiones en 2050. Este año será necesario revisar el esquema para definir cómo convivirá con CORSIA, un debate en el que participaremos en el seno de las instituciones europeas.
“A partir de 2021, las aerolíneas, compensarán las emisiones que emitan en exceso, tomando como referencia las emisiones medias reportadas en 2019 y 2020”
En el ámbito nacional, los programas y planes transversales para la protección al medioambiente están liderados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con el cual cooperamos en lo que a transporte se refiere. Entre los más recientes destaca el Marco Estratégico de Energía y Clima, que incluye el Plan Nacional Integrado de Energía y clima 2021-2030 (PNIEC), y un anteproyecto de Ley de cambio climático y transición energética que se retomará en la actual legislatura. En el ámbito de aviación, dicho anteproyecto incluía algunas iniciativas importantes, como eran la promoción de la producción y suministro de SAF, o la implantación de auditorías energéticas en todos los operadores del sector, para medir el cumplimiento de los objetivos medioambientales.
Desde el punto de vista sectorial, en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), se está desarrollando una Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada, que pone el foco en la movilidad y que reorientará las prioridades en materia de transportes hacia aquellas que aportan mayor valor añadido a la sociedad, entre las que figuran, aparte por supuesto de la seguridad, el compromiso del Gobierno en la lucha contra el cambio climático.
Desde la Dirección General de Aviación Civil, desde nuestro rol de regulador del sector, estamos trabajando ya en la definición de dicha estrategia, para poner en marcha una hoja de ruta que permita concretar, desarrollar e implantar iniciativas beneficiosas para luchar contra el cambio climático.
Todo ello, como he comentado anteriormente, en el marco de las iniciativas que actualmente se están desarrollando en el seno de la OACI y muy especialmente, en el ámbito comunitario, y que forman parte del ambicioso proyecto “Pacto Verde Europeo”.
M82. ¿Hasta qué punto se ha comprometido España con el Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA) de OACI?
R. M. España jugó un papel destacado en la adopción de CORSIA desde que, en el seno de OACI, se decidiese desarrollarlo en 2013. Actualmente, seguimos plenamente comprometidos con este esquema, porque verdaderamente creemos no solo que es positivo, sino que es imprescindible en tanto no sea posible una aviación plenamente descarbonizada.
El objetivo actual de la OACI es conseguir el crecimiento neutro de emisiones en la aviación internacional con respecto a niveles de 2020, y, en este esfuerzo, CORSIA es una pieza fundamental. CORSIA es, además, un sistema de alcance global y de ahí su vital importancia.
España, como el resto de países de la UE, participa desde el inicio en la fase piloto de CORSIA (2021-2023) y nuestros operadores comenzarán, desde el inicio del programa, a compensar sus emisiones.
“Las emisiones procedentes de la aviación doméstica en 2018 supusieron el 0,8% del total de emisiones en España y entre un 2% y un 3% internacionalmente”
Pero España no solo cumple sus obligaciones formales, sino que además es uno de los países que contribuye activamente a la mejora de capacidades en otros Estados, a través del programa ACT CORSIA, proporcionando formación y asesoría a los países que lo solicitan a la OACI. La creación de esta base de conocimiento en esta fase es esencial, para que todos los países puedan cumplir sus obligaciones con respecto a CORSIA. En definitiva, me gustaría destacar el fuerte compromiso de España con el éxito de este esquema.
M82. ¿Cómo supervisa Aviación Civil que las aerolíneas cumplan con el plan?
R. M. El sistema de supervisión es muy similar al que ya venía utilizándose para el control de las obligaciones derivadas de la aplicación del esquema EU ETS. Dentro del actual Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana es la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) la que verifica las emisiones reportadas por los operadores aéreos sujetos al esquema. AESA informa de dichas emisiones a la Oficina Española de cambio Climático, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que es el organismo encargado de contabilizar las emisiones españolas en el Registro Nacional de derechos de emisión, que a su vez forma parte del Registro General de la Unión Europea. Todo el proceso está muy regulado, tanto a nivel europeo como nacional.
En la fase actual de CORSIA, las aerolíneas miden y reportan sus emisiones de acuerdo al esquema. Será, a partir de 2021 cuando, conforme a lo establecido, compensarán las emisiones que emitan en exceso, tomando como referencia las emisiones medias reportadas en 2019 y 2020.
M82. ¿Se está contemplando la opción de redactar una ley nacional en este sentido para plasmar este compromiso y hacerlo de obligado cumplimiento?
R. M. El sistema CORSIA fue aprobado en la 39ª Asamblea de la OACI y formalmente adoptado como Estándar mediante su incorporación en el Anexo 16 al Convenio sobre Aviación Civil Internacional.
A nivel europeo, durante los últimos años, la Unión Europea ha adoptado una serie de reglamentos que incorporan a la normativa comunitaria las obligaciones derivadas del cumplimiento del sistema CORSIA. Por tratarse de reglamentos, estas normas son directamente aplicables a los Estados miembro, por lo que no ha sido necesario adoptar ninguna ley nacional para plasmar este compromiso. Lo que sí será necesario es seguir de cerca el debate en OACI, puesto que aún quedan cuestiones que desarrollar en el CORSIA, sobre las que se continúa trabajando. Por otra parte, deberá concretarse el modelo de convivencia CORSIA y EU ETS a partir de 2021.
M82. ¿Qué conclusiones extrae la DGAC de la cumbre del clima en Madrid?
R. M. En cuanto a la valoración de la DGAC con respecto a la COP25, recientemente celebrada en Madrid, valoramos muy positivamente la capacidad de nuestro país de organizar un evento de tal trascendencia política y social en tan corto período de tiempo, dando voz no sólo a los Estados de todo el mundo, sino también a los amplios sectores de la sociedad civil especialmente sensibles en esta materia, como son los jóvenes, las ONG, así como las distintas instituciones y las empresas.
Para España, la emergencia climática es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos y así lo hemos manifestado en esta importante cumbre. A este respecto, España está plenamente comprometida en la lucha contra los efectos del cambio climático.
Desde el Ministerio participamos activamente en las reuniones sectoriales sobre aviación que se llevaron a cabo dentro de la COP25, defendiendo la línea marcada por la posición común de la UE. Si algo se puso de manifiesto durante las dos semanas de reuniones es que, como decía, aún queda mucho camino por delante para aunar esfuerzos del mayor número posible de países en la adopción de medidas contra la emergencia climática.
M82. ¿Qué tiene que decir a los impulsores de la corriente social que apuesta por no viajar en avión?
R. M. Respeto a aquellos ciudadanos que optan por no utilizar el modo de transporte aéreo. En parte, estos colectivos han contribuido a hacernos reflexionar sobre las profundas implicaciones de la acción humana sobre el medioambiente y a sensibilizar a la sociedad ante una realidad, el cambio climático.
El transporte aéreo, en poco más de un siglo de existencia, ha transformado el mundo para mejor. Hoy volar no es patrimonio de élites, y creo que esto debe seguir siendo así, porque la sociedad se beneficia enormemente en todos los ámbitos disponiendo de un modo aéreo robusto, seguro y al alcance de todos.
La experiencia demuestra que para distancias inferiores a 500 o 600 km, allí donde hay tren de alta velocidad, son los propios ciudadanos los que optan de forma mayoritaria por este modo de transporte, dejando el avión para los viajes en los que, verdaderamente, el tiempo es un elemento crítico.
Estoy convencido de que el camino a seguir empieza desde la concienciación de que nuestro sector es clave para el desarrollo de nuestra economía y sociedad, pero que debe avanzar y modernizarse para poder dar respuesta a las nuevas exigencias medioambientales, que en definitiva, es lo que nos demanda la sociedad actual. En este proceso de transición hacia el mundo que todos deseamos, la aviación debe desempeñar un rol importante y todos los actores que conformamos el sector debemos trabajar en esa dirección.