¿Quién pilota nuestros drones?
Sepla organiza un encuentro con periodistas para explicar por qué los RPAS deben ser volados por pilotos comerciales.

En una época en la que la tecnología aeronáutica avanza con paso firme y sin descanso se hace indispensable acelerar una normativa que la regule para garantizar la seguridad aérea. Estamos hablando de los RPAS, Remotely Piloted Aircraft System, o comúnmente conocidos como “drones”. Antaño, para uso exclusivamente militar, deportivo o para “frikis” del aeromodelismo, aunque desde hace pocos años su uso se ha extendido a la actividad profesional: fotografía aérea, rescate y salvamento, revisiones de líneas de alta tensión, etc.
En este escenario, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas, ha organizado una exhibición de drones para periodistas donde reivindica que esta tecnología debe ser manejada por pilotos comerciales debido a su amplio conocimiento en la operación de vuelo, el espacio aéreo, la meteorología y las comunicaciones con los controladores aéreos. «Nosotros podemos ofertar dentro del sindicato entre 200 y 500 pilotos en España, que podrían volar drones ahora mismo pero que no tienen licencia para operar un avión de línea», ha afirmado el presidente de Sepla, Javier Martínez de Velasco.
Durante el evento, que ha contado con la participación de representantes de la asociación de controladores USCA, como colectivo afectado, se ha destacado la necesidad de desarrollar un reglamento nacional y la armonización europea de las normas. “Todo apunta a que en el futuro estos aparatos tengan cada vez mayor difusión y se integren en el espacio aéreo con tráfico controlado”, explicó Joaquín Lucio Villegas, uno de los dos representantes de USCA.
Desde Sepla creemos que esta actividad abre nuevas posibilidades y vías de empleo a pilotos que han podido sufrir una pérdida de licencia o para aquellos pilotos que no encuentran trabajo en una aerolínea. Así, el presidente continúa- «hay muchos pilotos que han perdido la licencia por diferentes causas -mutilación, pérdida de visión, azúcar en la sangre o daltonismo leve, entre otras-, pero no sus conocimientos y, por tanto, su capacidad para volar ‘drones’. Son pilotos muy experimentados con mayores conocimientos que alguien que solo se ha enfrentado a la teoría para poder volar un dron”.
Rafael Teijo, experto en seguridad aérea de Sepla y miembro del grupo de trabajo sobre RPAS de ECA (Asociación Europea de Pilotos), explicó las diferencias entre un avión tripulado y un RPAS y señaló el peligro que supone para la seguridad aérea la falta de experiencia y de conocimiento de la operación de vuelo de la persona que se pone a los mandos de uno de estos aparatos. “Si el RPA entra en un espacio controlado, también tendría que tener comunicación VHF por radio para poder hablar con el controlador. Todo esto hace que sea muy complicado, porque la evolución técnica va muy rápido, pero la normativa evoluciona muy despacio porque tiene muchos problemas de integración con el espacio aéreo”.
Una jornada en el campo de aeromodelismo de Majadahonda marcada por el intenso calor y el sonoro vuelo de estos pájaros controlados.