Las transnacionales europeas marcan el ritmo
Las aerolíneas transnacionales han revolucionado el modelo de aviación en Europa y obligado a otras aerolíneas a imitarlas

Por: María Fernández – Departamento de Comunicación SEPLA. Son las reinas de la aviación europea. Responsables de haber popularizado los viajes en vuelo haciéndolos accesibles a la gente de menor poder adquisitivo. Entraron en Europa al albor de la liberalización del sector aéreo y, poco a poco, han ido expandiendo su red a todo el continente. Hoy, las aerolíneas transnacionales, popularmente conocidas como low cost, marcan el ritmo de todo el mercado.
Hablamos de easyJet, Norwegian, Ryanair y, en cierta medida, Vueling. Aerolíneas muy diferentes en su estructura pero con un punto en común: la transnacionalidad. Son aerolíneas con la sede social en su país de origen, pero con bases diseminadas por todo el continente –en ocasiones con filiales creadas ad hoc-, desde las cuales realizan sus operaciones punto a punto. Así, han creado un nuevo modelo laboral y social caracterizado por la multitud de tipos de contratos y condiciones sociales para diferentes trabajadores de una misma compañía. A falta de una normativa común europea en los ámbitos laboral y fiscal, es en el seno de estas aerolíneas donde proliferan los empleos atípicos, el dumping social y las banderas de conveniencia. Aunque no en la misma medida.
Ryanair lleva años en el podio europeo del transporte aéreo, donde compite con los principales grupos aéreos como IAG, Lufthansa y Air France. Fue la líder indiscutible en 2016, trono que ha cedido a Lufthansa este último ejercicio tras los problemas que ha tenido con sus pilotos, cuya representación sindical se ha visto forzada a reconocer. Aun así, las cifras son incuestionables: 87 bases en toda Europa y 129 millones de pasajeros en 2017, año en que se ha convertido en la única aerolínea europea que ha llegado a los mil millones de pasajeros transportados a lo largo de su historia. Cuenta con una flota de 400 Boeing 737 con los que cubre 210 destinos a lo largo de 33 países.
En España es la líder desde hace años al haber sabido aprovechar como nadie el déficit de los múltiples aeropuertos de la red Aena, donde opera a costes mucho más competitivos que la competencia. A pesar de la ralentización del crecimiento, Ryanair sigue transportando a seis de cada diez pasajeros en las rutas nacionales: más de 38,5 millones de viajeros en 2017, un 11% más que en 2016. La ventaja sobre Vueling, su más inmediato competidor fue en 2017 de 14,43 millones de clientes -2,3 millones más que a cierre de 2016-.
La británica easyJet ocupa la segunda posición entre las low cost europeas. Con 29 bases en todo el continente, ha sido una de las grandes beneficiadas de la quiebra de Air Berlín, lo que le ha dejado el terreno abonado para su expansión. EasyJet aumentó un 9,6% su tráfico de pasajeros en 2017, hasta llegar a los 81 millones. Así se afirma como la quinta aerolínea europea con más usuarios, por detrás de Ryanair, Lufthansa, IAG y Air France-KLM.
En España, easyJet cuenta actualmente con dos bases: la permanente de Barcelona que abrió en 2015 y la estacional de Palma de Mallorca. Javier Gándara, Director General en España, anunció la intención de easyJet de llegar a los 90 millones de pasajeros en Europa en 2018, expansión que pretende fundamentear a través de tres pilares: la incorporación de dos nuevos aviones hasta un total de cinco en la base estacional de Palma de Mallorca, el inicio de operaciones en el aeropuerto catalán de Reus y la adquisición de partes de Air Berlin, que ha permitido iniciar operaciones desde el aeropuerto de Berlín-Tegel a Madrid, Fuerteventura y Palma de Mallorca.
La tercera low cost en Europa y en España es Norwegian Air Shuttle, que obtuvo en 2017 sus mejores datos anuales de tráfico, con 33,15 millones de pasajeros transportados en toda Europa y una ocupación aérea media de sus aviones del 87,5%. A ello contribuyeron el lanzamiento de 54 nuevas rutas y un incremento sustancial del tráfico intercontinental. En 2017, la compañía transportó 3,85 millones más que en 2016. Asimismo, recibió a lo largo del año 32 nuevos aviones que le permitieron el lanzamiento de 54 nuevas rutas, principalmente entre Europa y los Estados Unidos. En España, Norwegian cuenta con siete bases operativas y ofrece 165 rutas en catorce aeropuertos nacionales.
Lo que distingue a Norwegian de otras transnacionales es su apuesta por el largo radio de bajo coste. La noruega ha sido la pionera abriendo rutas a otros continentes. Primero fue a Asia (Bangkok y Oakland) desde Escandinavia y Reino Unido. Más recientemente, ha reventado el mercado abriendo rutas desde Europa hasta Estados Unidos, tanto desde su base en el aeropuerto londinense de Gatwick como, a partir del año pasado, desde Barcelona. Tanto revolucionó el mercado que otras competidoras se vieron forzadas a abrir filiales low cost para realizar este tipo de rutas: en España, Iberia creó Level para volar a EEUU desde Barcelona, y en Francia, Air France hacía lo propio con Joon.
Para realizar este tipo de vuelos la noruega creó una filial propia, Norwegian Long Haul, que sólo realiza vuelos comercializados para la matriz a pesar de tener certificado de operador propio. Y no es su única filial. Hace dos años, Norwegian creó una compañía irlandesa, Norwegian Air International (NAI), con el objetivo ofrecer vuelos a América del Norte desde su sede en el aeropuerto de Dublín. El Departamento de Transporte estadounidense le otorgó el pasado otoño la licencia de operador extranjero.
El caso de Vueling es más discreto. La compañía española tiene su base principal en el Aeropuerto de Barcelona, y ha comenzado recientemente a abrir base en otros países: una en Roma y dos en París. Pero tiene buenas perspectivas en el horizonte: IAG espera que Vueling crezca con la compra de los aviones y slots de Niki, también filial de Air Berlin, que le permitirá reforzar su presencia en las terminales de Viena, Dusseldorf, Múnich, Palma y Zúrich.