Menú

Aviación

Las primeras compañías españolas

Los años 20 supusieron el pistoletazo de salida para las primeras aerolíneas fundadas en España.

El 15 de octubre de 1921, la Compañía Española de Tráfico Aéreo, más conocida como CETA fue la primera en operar –tras su fundación en junio del mismo año- una ruta aérea con su línea Sevilla-Larache. Aquellos primeros vuelos comerciales se dedicaban, en exclusiva, al transporte de correspondencia; hasta que, en marzo del año siguiente, se autorizó a CETA al transporte de pasajeros.

También en 1921, el barcelonés Manuel Colomer Llopis crearía la Compañía Aero Marítima Mallorquina, que no podría volar con fines comerciales hasta marzo de 1922. Esta compañía operó la ruta Palma de Mallorca-Barcelona aprovechando los puertos marítimos de ambas ciudades gracias al hidroavión Savoia S-16.

Al tiempo que iban surgiendo nuevas compañías de transporte aéreo como Unión Aérea Española, España comenzó a elaborar normativa complementaria al Real Decreto del 25 de noviembre de 1919 en el que se establecía el primer Reglamento de Navegación Aérea Civil. En 1927 se constituyó el Consejo Superior de Aeronáutica, que ayudaría a definir el Real Decreto en el que se establecen las primeras bases sobre lo que serían los aeródromos y los aeropuertos comerciales. Esto daría lugar a la creación de nuevas infraestructuras en Albacete o Vitoria entre otras.

También en 1927, concretamente el 28 de junio, nace la aerolínea más importante de la historia de España: Iberia. La compañía, que ha vertebrado la historia de la aviación comercial nacional, comenzó sus operaciones el 14 de diciembre del mismo año operando la ruta Barcelona-Madrid. Por aquel entonces el tráfico aéreo de pasajeros continuaba conviviendo con el de correspondencia que operaban compañías como Líneas Aéreas Postales Españolas (LAPE), que después se integraría en la propia Iberia.

El incipiente crecimiento de la aviación comercial española propiciaba la construcción de nuevas infraestructuras aeroportuarias que acogiesen los vuelos que se iban programando. De esta forma, en 1928, cuando el parque aeronáutico civil de nuestro país contaba ya con un total de 22 aviones, se proyectó la construcción del Aeropuerto de Madrid. Para ello se reservaron alrededor de 320 hectáreas en la localidad de Barajas.