Las Brujas de la noche

A principios de 1941, ante el inexorable avance de los alemanes hacia Moscú y vista la abrumadora superioridad del ejército alemán por tierra y aire, Stalin decretó que las mujeres se incorporaran a la guerra. Más de un millón de mujeres fueron llamadas a filas en todo tipo de puestos, desde la retaguardia hasta la primera línea del frente. Enfermeras, médicos, cocineras, zapadoras, artilleras, francotiradoras, tanquistas e incluso aviadoras.
Tal presencia femenina, sin parangón en ningún otro país, fue fruto de la política para favorecer al máximo la igualdad de oportunidades en el acceso a cualquier profesión u oficio, que fue promulgada por las juventudes del partido comunista, el Komsomol.
A Marina Raskova, de 29 años, comandante del Ejército Rojo, casada y con una hija, oficial de la agencia soviética de servicio secreto, NKVD, y ojito derecho de la Unión Soviética (URSS), se le ocurrió la idea de formar una fuerza de combate aérea formada exclusivamente por mujeres voluntarias. Aviadora consumada, era considerada una celebridad pues había recorrido sin escalas los 6.000 km. que separaban Moscú de la parte más oriental de la URSS a bordo del Patria, un Tupolev ANT 37 en 26 hs y 29 min. Stalin no tuvo más remedio que acceder a la propuesta de la condecorada heroína de la Unión Soviética, a pesar de que la idea no fue bien recibida en los círculos militares soviéticos.
Se reclutaron 117 voluntarias de entre 17 y 22 años, la mayoría de origen humilde y…