La valoración individual de cada piloto, clave para la reincorporación inmediata de los pilotos
Para una recuperación del sector con garantías de seguridad, la industria debe centrarse en volver a capacitar a los pilotos y no sólo fijarse en su verificación.

La industria aérea comienza por fin a respirar y a observar el horizonte con cierta esperanza. Así lo han manifestado muchas aerolíneas, que avanzan ya unas cifras de recuperación de tráfico aéreo que se antojan parecidas a las de 2019. Pero, después de tantos meses de parón, ¿estamos los pilotos listos para incorporarnos a nuestra actividad habitual?
Reiniciar las operaciones aéreas después de un periodo de actividad mínima requiere ser conscientes de que, además de las exigencias normativas en cuanto al mantenimiento de habilidades y competencias, los pilotos deben preparase para volver a volar, garantizando unos estándares de seguridad que requieren del esfuerzo conjunto de pilotos y operadores.
Es por ello que tanto los departamentos de seguridad de las compañías como las autoridades de aviación están buscando una estrategia eficiente para poner a los pilotos en vuelo. Sin embargo, mientras la autoridad aeronáutica se limita a exigir el cumplimiento de una norma común a todos, los operadores aéreos se encuentran inmersos en diseñar programas adecuados a sus necesidades y a las de los pilotos. Estos programas deben partir, a juicio de los profesionales, de un análisis individualizado que contemple una serie de variables como puedan ser la experiencia del piloto o los vuelos realizados en el último año etc.
Según Tanja Harter, directora de Asuntos Técnicos de ECA, “la industria todavía está muy centrada en un enfoque único para todos. A día de hoy, no parece que ninguna regulación vaya a resolver el problema. Todas las aerolíneas y los pilotos pueden cumplir los requisitos de capacitación, pero solo aquellos que vayan más allá abordarán el problema de manera efectiva. No es lo mismo lo que la normativa requiere que lo que realmente el piloto pueda necesitar”.
“Existe -prosigue la comandante Harter- un amplio consenso de que, cuanto más competente fuera el piloto al comienzo de la crisis, más fácil será su reincorporación. Las investigaciones han indicado que las personas con habilidades y conocimientos adquiridos a lo largo de mucho tiempo pudieron retener mejor sus habilidades. Esta es una de las lecciones clave que debemos aprender también para el futuro: cuanto más competentes sean los pilotos en todo momento, más resistente será el sistema de aviación”.
Es decir, la formación de un piloto desarrollada a lo largo de su vida va a ser determinante en su actualización; dependiendo de su experiencia va a ser más fácil o no “volver a ponerle en vuelo”.
Nuevas formas de aprender
El entrenamiento virtual y la automatización van a jugar un papel fundamental en un futuro de carácter eminentemente tecnológico. Para conciliar las necesidades de formación con este futuro, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea ha autorizado la formación online de manera puntual. De esta manera, las ATOS han podido seguir ofreciendo cursos de formación durante el confinamiento, incorporando en su oferta de formación un mayor número de cursos e-learning entre los que destacan entrenamientos recurrentes y de familiarización o cursos de actualización, entre otros.
Es evidente que las sesiones presenciales en simuladores son esenciales y no pueden compararse -ni mucho menos sustituirse- por las sesiones online de la misma manera en que el simulador de vuelo no puede sustituir al avión. Sin embargo, sí pueden considerarse formaciones complementarias.
Recapacitarse y recuperar la confianza
Debemos ser conscientes del hecho de que el deterioro de las habilidades no es una debilidad personal. Es una limitación normal del desempeño humano, y afecta no solo a los pilotos, sino a todo el personal de aviación, desde ATC hasta asistencia en tierra, tripulación de cabina, preparación, despacho. Los pilotos deben invertir un poco de esfuerzo personal para frenar el deterioro de las habilidades, y de ese modo, aumentar la confianza. Pero no solo es responsabilidad de ellos, sino que también lo es de los operadores. Por eso, la atención debe centrarse en volver a capacitar a los pilotos y no solo en su verificación.
La opinión de los expertos indica que, en un momento de recuperación sin precedentes como al que nos enfrentamos en la actualidad, es importante transmitir confianza al personal de vuelo y, de esta manera, volver a recuperar las capacidades que ya tenían. No es, por tanto, momento de exigir al mismo nivel en que se hacía cuando todos volábamos habitualmente, por lo que esta exigencia se debe dejar a criterio del piloto examinador, al que se presupone una formación suficiente para entender el momento que se está viviendo.
Así lo entiende la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, donde he desarrollado mi experiencia como formadora de examinadores, a quienes transmitíamos la importancia de tener un criterio propio basado en su propia experiencia y en la formación recibida de AESA. Ahora es el momento de adaptar su experiencia a esta nueva situación, con un criterio justo hacia sus compañeros y colaborando con su buen criterio a volver a poner a nuestros pilotos en vuelo, manteniendo siempre los estándares de seguridad.
Junto al trabajo de los examinadores, las compañías tienen mucho que hacer para ayudar al piloto en la recuperación de sus competencias. Los departamentos de operaciones pueden ayudar preparando información, como puede ser un resumen de cambios y procedimientos específicos para la COVID. Además, los departamentos de formación también pueden adaptar la formación a las necesidades de la persona, incluyendo incluso el entorno operativo modificado en el reciclaje. También pueden asegurarse de que, independientemente de las herramientas y soluciones disponibles, sean accesibles para los pilotos cursos, acceso a los simuladores, formadores, soluciones de software, etc. Y, la clave de todo, ayudándole a recuperar su confianza. Y eso pasa por entender la presión a la que están sometidos los pilotos, y tranquilizándolos durante el proceso de formación. Los pilotos suelen tener grandes expectativas en su propio desempeño y muchas veces son muy críticos con ellos mismos.
En definitiva, tanto el operador como el piloto comparten una gran responsabilidad a la hora de recuperar la actividad aérea de forma segura. Desde todos los ámbitos aeronáuticos relacionados con la formación, debemos contribuir a recuperar a nuestras tripulaciones, manteniendo los estándares de seguridad y entendiendo que esta situación no es culpa de nadie y que se requiere, aunque no lo especifique la norma, un entrenamiento adicional adecuado a las necesidades de pilotos y operadores.
Bibliografía:
– Actual y confiado: volar de nuevo después de la pandemia
– Artículo noticias 22 de abril de 2021.Entrevista a Asociación Europea de Pilotos.
– IFALPA. Pilot Proficiency during COVID.
– Recovery. CAPT GLEN FINCH HUPER .
– Webinar Safely Navigating the Industry Recovery-Maintaining Competency and Training during Recovery..