La liberalización del sector
En 1987 la Unión Europea comienza un proceso de liberalización del sector del transporte aéreo que se desarrollaría en tres fases, culminando la última en 1996.

Con el ejemplo de EEUU en mente, Europa decidió llevar a cabo la liberalización de una forma más paulatina, evitando así grandes trastornos en el mercado. Este proceso de apertura tenía como meta mejorar la competitividad de las aerolíneas en el espacio Schengen, de forma que podrían operar cualquier ruta dentro de esta área. Además, los pasajeros podrían disfrutar de un mejor servicio a menor precio.
El resultado fue el crecimiento del número de aerolíneas, así como un aumento de la competitividad entre las mismas, que también pudieron disponer más rutas. Este crecimiento propició una caída de las tarifas en las conexiones de mayor uso que, por tanto, también aglutinaban una mayor confluencia de competidores.
Ahora, los clientes tendrían a su disposición muchas más aerolíneas, con precios y rutas variadas. Esto trajo también de la mano la aparición de las compañías “low-cost”. Un nuevo modelo de negocio en el que se eliminaban gran parte de los servicios gratuitos a bordo transformándose en extras y enfocado, sobre todo al corto y medio radio. Esto ha dado origen a algunas de las compañías más importantes de Europa en la actualidad como la española Vueling.
El mercado “low-cost” ha propiciado un cambio en la mentalidad de los usuarios a la hora de volar, produciendo una democratización del servicio que, ahora, está al alcance de todos. Igualmente, las compañías tradicionales también han evolucionado en torno al mercado de bajo coste para no perder competitividad respecto a las nuevas aerolíneas.
El aperturismo acarreó una nueva adaptación de las infraestructuras aeroportuarias que, además, en España, se hacía más necesaria si cabe al tener en cuenta los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla. Por este motivo, en 1990, se creó el ente de Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea que se encargaría de la gestión de las infraestructuras aeroportuarias, así como de la gestión del tráfico aéreo.
Durante el transcurso del proceso liberalizador del mercado aéreo europeo surgieron en España diferentes compañías como Binter, Air Nostrum, Cygnus Air o Aeronova entre otras. De la misma forma, otras aerolíneas se vieron abocadas a la desaparición debido a dificultades económicas derivadas de las dificultades en la adaptación a un mercado considerablemente globalizado.