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Aviación

La aviación se transforma para el futuro

Sepla asiste a la charla “Aviación 2030. El sector ante los retos del futuro y una urgente transformación” organizada por la Universidad Politécnica de Catalunya

3 de diciembre de 2020.

La tecnología y la digitalización son dos de los principales retos a los que se enfrenta nuestro sector. Invitados por la UPC (Universidad Politécnica de Catalunya) con motivo de su 50 aniversario, Sepla asistió como ponente a la Mesa Redonda “Aviación 2030. El sector ante los retos del futuro y una urgente transformación”, para analizar los retos inminentes y la obligada transformación.

Mesa Redonda en la UPC. En el centro, Jorge Santamaría

Pero, ¿en qué consiste esta transformación?

Los próximos años van a poner a prueba la capacidad de adaptación de la industria. Fabricantes, infraestructuras y profesionales hemos visto cómo se acelera este proceso de adaptación debido a la pandemia, y estamos obligados a responder a este nuevo desafío.

La universidad es clave en el proceso de adaptación de los profesionales a una nueva realidad más tecnificada y digitalizada. Desde el SEPLA, defendemos la Universidad como punto de encuentro para esta adaptación, ya que a través de ella podemos dar un paso más allá en nuestra formación inicial (el grado de piloto) y colaborar con diferentes sectores dentro de una formación continuada que abarque campos más amplios. La profesión de piloto es cada vez más exigente a nivel tecnológico, y ello hace necesario abrir el abanico de opciones laborales, tan castigadas en estos ciclos de baja demanda.

Los aviones

Los grandes fabricantes son los primeros en intentar responder a los cambios que plantea el futuro, ya que tienen que analizar la demanda del mercado. No sólo a través del análisis de costes, como han hecho con la desaparición de los aviones cuatrimotores, sino con la creciente preocupación por el impacto ecológico que existe en la sociedad, y que debe encontrar un equilibrio con la globalización.

La respuesta a este reto ha sido el nacimiento de aviones de nueva generación que, usando materiales más ligeros como el carbono e incorporando nuevos automatismos, digitalización y conectividad, están alcanzando unos grados de eficiencia nunca vistos.

No hay que olvidar los motores. No sólo se ha conseguido disminuir el nivel sonoro y reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2, sino que se están explorando combustibles alternativos como el SAF (Sustainable Aviation Fuel) extraído de algas, plantas y residuos, que puede ser usado como mix en motores convencionales.

Recientemente, Airbus presentó sus apuestas futuras, basadas en el hidrógeno y las baterías, pero todavía con muchas limitaciones y dificultades que superar. Parece que los aviones eléctricos podrían ser una realidad para los vuelos de menor alcance debido al peso de las baterías. Por otro lado, los aviones propulsados por hidrógeno tienen el inconveniente del volumen de los depósitos para su transporte.

Soñando un poco más, vemos proyectos de vuelos hipersónicos y espaciales. Un ejemplo es el motor SABRE (Synergetic Air Breahing Rocket Engine): una combinación entre motor convencional y cohete que podría alcanzar MACH 5 dentro de la atmósfera y 25 Mach en el espacio.

Los aeropuertos

Los aeropuertos también deberán adaptarse con medidas sanitarias, y esperemos que causen los menores inconvenientes posible a los clientes.

Los grandes aeropuertos se están también diversificando, y buscan conexiones con otros medios de transporte, especialmente los trenes de alta velocidad que podrían sustituir parte de los vuelos regionales y centrarse en vuelos de mayor alcance pero con aviones de menor tamaño. Parece que el tiempo de los grandes aviones como el A380, A340 o B747 está llegando a su fin de una forma rapidísima, y aunque ya veíamos esta tendencia, ha sorprendido su aceleración. En los aeropuertos de menor volumen, vemos cómo el A321XLR será un avión determinante y facilitará conexiones punto a punto hasta ahora impensables. También la diversificación en otros negocios como la carga o la aviación general y ejecutiva pueden ser una fuente de ingresos importante.

El tiempo de los grandes aviones como el A380, A340, 747 está llegando a su fin de una forma rapidísima.

La mayor sorpresa han sido los pequeños aeropuertos, hasta ahora prácticamente abandonados, que han encontrado un nuevo negocio basado en proporcionar servicios a los aviones retirados por la pandemia.

Debido a la consolidación del sector tanto por desaparición de compañías aéreas como por la reducción de flota, parece que se buscará más flexibilidad en las conexiones no sólo en los grandes hubs, sino en las conexiones punto a punto donde la tecnología y los nuevos aviones permiten adaptarse más a la demanda del cliente.

Será parecida a la transformación que está teniendo el transporte urbano con la aparición de nuevos actores como UBER, LIFT o CABIFY, que aprovechan los avances tecnológicos para buscar el cliente, en vez del cliente acudir a las paradas de taxis (grandes Hubs) . Esta adaptación y la rapidez en conseguirla van a ser determinante en la futura configuración del sector.

El control aéreo

Los servicios de control aéreo están sufriendo una reestructuración enorme y debido a la gran avalancha de nueva tecnología (ADS-B in/out , torres remotas, ACS-X, Satélites de baja altura LEO ,Doppler Wx radar, …) lo dejaremos para un capítulo aparte para poder tratarlo con más profundidad. Por ahora, adelantar que Europa está perdiendo el tren de la modernización.

El sector aéreo se enfrenta a grandes retos y, hoy más que nunca, es necesaria una mayor colaboración para adaptarnos a las nuevas tecnologías/digitalización, globalización y mayor conciencia social de nuestro impacto en el planeta.