Iberia cruza fronteras
Más de 10 años le costó a Iberia comenzar a operar con otros países.

El 1 de mayo de 1939, un Junkers Ju-52 volaba desde Madrid hasta Lisboa en lo que sería la primera conexión internacional de una aerolínea española. En los años siguientes continuaría enlazando Madrid con otras capitales europeas como Londres o París hasta ser nacionalizada en 1944 como parte del Ministerio de Industria.
El crecimiento continuó y, en 1946, pasó a ser la primera compañía del viejo continente en cruzar el Atlántico tras la Guerra, volando hasta Buenos Aires. El trayecto contaba con escalas en ciudades como Río de Janeiro, Villa Cisneros o Natal. Este primer enlace supuso la introducción en los aviones de una figura imprescindible hoy en día: el tripulante de cabina. Este primer Madrid-Buenos Aires fue el primer vuelo de iberia en contar con “azafatas de vuelo”.
A 7 250 pesetas el billete, la opción de volar no era nada económica pero, en cualquier caso, sí infinitamente mejor que la alternativa por mar, que podía llevar hasta dos meses de travesía. La aeronave utilizada para este primer trayecto fue un Douglas DC-4, que contaba con unos 5 000 km de autonomía por los más de 10 000 que separan las capitales española y argentina.
Más tarde, ya en 1954 comenzó sus operaciones entre Madrid y Nueva York con un Lockheed Constellation. Para entonces Iberia ya era una de las aerolíneas más importantes del mundo gracias, en parte, al éxito de sus primeros y pioneros vuelos transatlánticos que la competencia comenzó a reproducir rápidamente.