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Entrevistamos a Carlos García Royo
Expiloto de Futura e Iberia y vicepresidente del Colegio de Geólogos

“He estudiado más para ser piloto que para hacer una carrera”
Desde que comenzara la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, Carlos García Royo ha aparecido en numerosos platós y entrevistas de televisión, dispuesto a hacer lo que tanto le gusta: divulgación científica. Como vicepresidente del Colegio de Geólogos, ha explicado la composición de los materiales que expulsa en volcán y su afectación en diferentes fases geológicas. Pero también ha hablado en nombre de su otra gran pasión, la aviación.
Curioso con las cenizas volcánicas y cómo afectan al fuselaje y motor de los aviones, Carlos se ha convertido en la voz referente para ayudar a entender por qué la erupción de un volcán tiene tanta afectación sobre el tráfico aéreo. Aquí hace un repaso a su trayectoria.
Se te conoce por tus dos pasiones: la geología y la aviación. ¿Qué vino primero?
Primero vino la aviación. Mi padre, que era delineante, no pudo concluir sus estudios de ingeniería por la Guerra Civil. Pero aprovechaba las carpetas de los viejos proyectos y nos hacía aeromodelos y delineados a mis hermanos y a mí. Años más tarde, los paseos con mi padre por la Pedriza en el Guadarrama fomentaron mi vocación de Geólogo.
Compaginé ambos estudios. Falté dos meses en primero porque estaba haciendo el curso de piloto privado, y al acabar segundo, en 1976, entré como piloto en prácticas de comunicaciones en la compañía Iberia, donde volé hasta el 77 en el DC-9 carguero y en flota. Estuve volando a la vez que hice tercero. En cuarto me fui a Estados Unidos, en 1978, y falté desde diciembre hasta agosto para hacer el curso de piloto comercial de calificación de polimotores y el IFR.
“He estudiado más para ser piloto que para hacer una carrera”

¿Por qué decidiste hacerte piloto?
Mi hermano Miguel ya se había hecho piloto, las visitas con mi padre al aeropuerto de Barajas, y la vista de los aviones desde el balcón en los años 60 (un espacio libre frente a las pistas) determinaron de forma radical mi voluntad de hacerme piloto.
Los recuerdos de la infancia, un globo de gas moviéndose según la convección generada por un radiador en mi casa, lastrado con una barquilla, una cajita de cartón, despertaron mi vocación por el vuelo.
¿Cómo se complementan ambas disciplinas?
Dentro de las carreras de ciencias, la geología requiere del conocimiento de otras ciencias para su ejercicio: de química para el estudio geoquímico de zonas para hacer el seguimiento de minerales y ver las anomalías de elementos que existen, de física para hacer un sondeo eléctrico vertical y ver dónde están los mínimos de resistividad para ver dónde está el agua, el estudio de las ondas de compresión y cizalla para ver y entender los seísmos. También se estudia cartografía y meteorología. Y estas tres ramas del conocimiento, física, cartografía y meteorología, son compartidas por ambas disciplinas, geografía y aviación.
¿Te has sentido satisfecho con el desarrollo que has podido hacer de ambas pasiones a lo largo de tu vida?
Más que satisfecho, he tenido la suerte de mirar durante más de 16.000 horas la tierra desde una situación y posición de la mejor oficina del mundo para un geólogo.
Has formado parte del Departamento Técnico de Sepla, y ahora eres el vicepresidente del colegio de Geólogos. Conoces por tanto de primera mano sendas asociaciones representativas de las dos profesiones. ¿Crees que cumplen su labor de representación adecuadamente?
Si, cumplen la labor adecuadamente, proporcionando conocimientos técnicos y valiosos para la profesión. También la representan en simposios, congresos y encuentros en aras de mejorar y compartir conocimientos.
Gracias a la vocalía técnica, pude asistir en representación de los pilotos, a través de IFALPA también, a varios congresos y actividades como el Volcanic Ash Task Force, de OACI, reuniones de IFALPA sobre HUPER y ADO, o reuniones de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.
¿Cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles de ambas?
Los puntos fuertes son el conocimiento que tienen, la divulgación que hacen, y la seguridad involucrada a estos conocimientos. Los puntos débiles son la falta de difusión adecuada, y la necesidad de hacer un minucioso estudio de todos los casos para que puedan aportar con mayor precisión datos sobre lo que está pasando.
Eres el paradigma de piloto con estudios de disciplinas ajenas. Ahora que el COVID ha lastrado tantas carreras de piloto, ¿recomendarías a los pilotos estudiar una carrera universitaria?
Evidentemente. Tengo un hijo que ya es piloto y estoy deseando que inicie una carrera universitaria, no porque obtenga un título, sino porque se forme en otro entorno distinto del de los pilotos.
Creo que se puede afirmar que una carrera la puede estudiar fácilmente cualquier piloto, salvo complicaciones. En mi caso, he estudiado más para ser piloto que para hacer una carrera. La carrera te aporta una visión más amplia, menos especializada que la aviación, con lo cual ambas se complementan para un conocimiento pleno de las cosas.
Gracias a la vocalía técnica, pude asistir en representación de los pilotos.

¿Conocen los pilotos las consecuencias y peligros de las cenizas volcánicas para los vuelos?
En términos generales, sí se conocen los procesos que ocurren con las cenizas volcánicas, aunque falta definir métodos de detección de esas cenizas. Yo lo que he tratado de explicar es un proceso geológico en el interior del motor, que se erosiona, se transporta, se funde, se sedimenta y se posa sobre los alabes de la turbina.
La competencia, en la combustión, de la ceniza con el oxígeno hace que se produzca un apagado de llama. Estos elementos también son susceptibles de llevar carga eléctrica y transmitir la electricidad generada por fricción entre las partículas.
En cuanto a la detección en vuelo de las cenizas volcánicas, uno de los principales retos para la aviación el investigador del departamento Atmósfera y clima en Noruega, A.J.Prata, ha estado utilizando modelos de transferencia de radiación utilizando sensores remotos, imágenes espectrales de infrarrojos para la determinación de la Ceniza. Además, se debería financiar e incentivar líneas de investigación relativas a la mineralogía y petrología de estos materiales junto con los departamentos de física del aire, mineralogía y petrología en las facultades de Ciencias Geológicas y ciencias físicas, para elaborar un modelo de detección y percepción de algún campo magnético, eléctrico, o imagen, susceptible de ser representado en el la presentación de navegación ND. El objetivo sería evitar la ceniza en vuelo.
He tenido la suerte de mirar durante más de 16.000 horas la tierra desde una situación y posición de la mejor oficina del mundo para un geólogo.
Tras la erupción del volcán de La Palma, has aparecido en numerosos medios de comunicación para contar cómo afectan las cenizas volcánicas a los aviones. ¿Por qué crees que es necesario divulgar?
Es necesario divulgar de forma sencilla y didáctica para que se entienda que estos problemas acontecen no solo en vuelo sino también en tierra, y que afectan a las líneas telefónicas, tendidos de alta tensión, porque son unos materiales conductivos y están magnetizados.