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Aviación

¿En qué consiste un procedimiento de emergencia a bordo de un avión?

Explicamos qué es un procedimiento de emergencia a bordo de un avión, cuándo y cómo se activa y cómo se coordinan los profesionales afectados

Departamento Técnico de SEPLA

Existen multitud de situaciones que se pueden dar a lo largo de un vuelo. Muchas de ellas son denominadas “normales” pero un pequeño numero entraría en aquella categoría de “anormales”. Estas situaciones “anormales” en algunos casos pueden llegar a crear situaciones de “emergencia”. Muchas de estas situaciones se ensayan en los simuladores, pero sería imposible cubrir todas las posibilidades. De ahí la importancia de la experiencia profesional y del entrenamiento de las tripulaciones. De manera periódica los pilotos deben realizar entrenamiento en simuladores de vuelo, con sus correspondientes evaluaciones, y vuelos en los que se verifica su competencia, tanto en operaciones normales como anormales.

Las situaciones anormales que pueden generar un riesgo para la seguridad del vuelo y de los pasajeros están sujetos a unos llamados “procedimientos de emergencia”. Las actuaciones inmediatas (dependiendo de la gravedad) y los pasos a seguir, se encuentran descritas de forma ordenada en estos procedimientos de emergencia.

Cuando aparece una situación anormal, lo primero que tenemos que hacer los pilotos es volar el avión y mantenerlo en una trayectoria segura. Eso depende exclusivamente de la pericia del piloto. Hay fases del vuelo mas críticas que otras, y en ellas el entrenamiento juega una pieza clave. En estas situaciones, se dan varias fases:

• Fase de reconocimiento: se determina, a través de las indicaciones en cabina y fuera de ella, qué esta pasando y si son necesarias actuaciones inmediatas y el uso de alguna de estas listas de emergencia.

• Fase de aseguramiento: se revisa si las actuaciones tomadas son suficientes, y que no sea necesaria ninguna lista de emergencia más. Se completan los procedimientos normales.

• Fase de análisis: última fase para analizar la situación y tomar las decisiones oportunas. Se recuperan todos hechos (estado del avión, combustible, meteorología, estado de la cabina y de los pasajeros), se evalúan las opciones con sus riesgos y beneficios y finalmente se toma una decisión, en la que se informa a todos los actores afectados (tripulación, control, compañía, pasajeros…etc.). Una vez tomada esta decisión, hay que poder llevarla a cabo y reevaluarla por si hay algún hecho que pueda variar esta decisión tomada.

La coordinación con otros profesionales afectados

Las conversaciones con el control han de ser claras, calmadas y concisas. Existen dos vocablos en ingles clave: MAYDAY y PAN-PAN. El método correcto de comunicar esta información al ATC es mediante el uso del prefijo «MAYDAY, MAYDAY, MAYDAY» o «PAN PAN, PAN PAN, PAN PAN», según corresponda al principio de la comunicación. Este procedimiento, que es un estándar internacional, es el medio más efectivo para alertar al controlador sobre la necesidad de dar prioridad al mensaje que seguirá. MAYDAY siempre indica mayor gravedad de la situación que PAN-PAN.

Como antes hemos mencionado, dependiendo de la gravedad de la situación, los profesionales que se involucran varían. Se dan interrelaciones entre todos los profesionales en mayor o menor medida. El funcionamiento es parecido al de una orquesta: nadie debe de destacar por encima de nadie, y se ha de trabajar en equipo. Sin embargo, hay momentos en los que los violines llevarán la melodía y le acompañarán los instrumentos de viento, y otras serán las trompetas las que marcarán el ritmo.

Los pilotos en esta melodía juegan un papel clave para poder armonizar todo el proceso, pero su trabajo sería en vano sin un buen controlador, una tripulación entrenada, un aeropuerto con instalaciones y recursos de emergencia apropiados (bomberos, equipos médicos y de emergencia, personal de operaciones aeroportuarias y de tierra, y un largo etc.) y unos pasajeros que entiendan y sigan las indicaciones. Tan importante es hacer una buena aproximación como estar sentado correctamente y con la postura adecuada en caso de un aterrizaje de emergencia.

Quién lo activa y cuándo se activa una emergencia depende de cada situación. Son situaciones muy dinámicas. La torre de control puede notificar de un impacto de ave que los pilotos no han detectado aún. El personal de tierra puede alertar de la pérdida de combustible o aceite. La tripulación de cabina puede avisar de humos u olores anormales. Los propios pilotos a través de sus instrumentos pueden iniciar una emergencia. El espectro es tan amplio que lo único que puede mejorar nuestra respuesta ante una emergencia, es la cultura de seguridad, piedra angular del transporte aéreo y elemento clave en la formación y desarrollo profesional de un piloto.