El Plan de Vuelo de los pilotos: prevenir al sector de futuras crisis
Profundizamos en el tercer apartado de medidas del plan de ECA (European Cockpit Association) para consolidar el sector aéreo europeo tras la crisis

13 de agosto de 2020
Hace unas semanas, la Asociación Europea de Pilotos (ECA) anunció una serie de propuestas para fortalecer la aviación comunitaria tras el golpe que el coronavirus ha supuesto para el sector. Las últimas semanas hemos repasado las recomendaciones de la organización para conseguir un entorno sostenible para los trabajadores del transporte aéreo, así como aquellas encaminadas a garantizar el libre mercado y potenciar la aviación europea. En esta ocasión nos ocuparemos del último bloque, que busca preparar el camino de cara al futuro y evitar que las eventuales crisis que puedan sobrevenir dejen al sector en una posición de vulnerabilidad.
El parón por la pandemia del Covid-19 ha evidenciado las principales carencias de la aviación europea. Si bien no era previsible que un acontecimiento como este tuviese lugar, lo que ha dificultado toda la toma de decisiones de los agentes implicados, ECA quiere aprovechar la oportunidad para reforzar al sector. Esto pasa por estudiar lo que ha sucedido y analizar las causas y principales problemas que han afectado a las aerolíneas, organismos de supervisión en materia de seguridad e instituciones europeas y Estados miembros. De esta forma se podrá actuar en consecuencia, elaborando planes de contingencia que permitan salir al paso rápidamente de posibles situaciones que afecten a la salud de la aviación comunitaria y adaptarse para sobrevivir.
ECA distingue varias áreas, algunas tratadas ya en los bloques anteriores, en las que se hace necesario establecer medidas preventivas y elaborar procedimientos de emergencia. Estos factores serían la seguridad aérea, las relaciones laborales y protección de los trabajadores y, por último, las medidas para la industria aeronáutica.
Seguridad aérea
En un contexto como el actual, tanto la puesta en tierra de casi todos los aviones, como las medidas de contingencia adoptadas por las aerolíneas han ocasionado una serie de cambios a nivel operacional que pueden suponer un riesgo para la seguridad. Es por esto que ECA apuesta por que EASA, la Comisión Europea y las autoridades nacionales aumenten su vigilancia para evitar que la inestabilidad financiera pueda afectar a la seguridad aérea.
El aumento del riesgo deriva en parte de los cambios procedimentales a los que ha obligado el coronavirus, a nuevas fórmulas de gestión de la fatiga que conlleva indirectamente el operar bajo exenciones o a la falta acumulada de experiencia fruto del parón de vuelos. Sin embargo, el clima de inestabilidad actual no puede ser excusa, en opinión de ECA, para que las exenciones adoptadas en este escenario se eternicen en el tiempo. La vuelta a la normalidad regulatoria debe hacerse lo antes posible, consensuando las medidas a nivel europeo para minimizar su impacto en la seguridad.
ECA apuesta por el fortalecimiento de la supervisión que realizan tanto las autoridades nacionales (AESA en España) como comunitarias (EASA en Europa). La vigilancia contribuirá a detectar deficiencias en el sistema que, a menudo, solo se pueden identificar una vez la cadena de seguridad se ha visto afectada. Igualmente, también es necesario conseguir un procedimiento adecuado para poder simplificar la normativa, reforzar el entrenamiento y exigir los requisitos de experiencia reciente de forma efectiva en estas situaciones.
La planificación comienza por la cooperación entre los distintos agentes implicados de forma que puedan definirse unos posibles escenarios y diseñar paquetes de medidas de emergencia que respondan a cada situación. ECA identifica algunos de los escenarios a los que se podrían dar respuesta mediante estos procedimientos, tales como pandemias, crisis financieras o económicas, conflictos armados, eventos geológicos y sucesos meteorológicos.
Medidas para la industria
Puesto que una de las principales consecuencias de esta crisis es la inestabilidad económica y financiera, ECA cree conveniente estudiar las posibles medidas a adoptar en este ámbito.
Así, la Comisión Europea debería plantear la necesidad de planificar paquetes de medidas y políticas que respondan a escenarios como los planteados anteriormente. Las medidas en cuestión deberán equilibrar las responsabilidades, los riesgos y los aspectos positivos entre las partes interesadas, de forma que no todo recaiga sobre uno de los estratos o áreas implicadas.
ECA plantea la posibilidad de llevar a cabo estudios y análisis que definan los niveles necesarios de reservas de efectivo y liquidez que una aerolínea debe tener para afrontar una crisis de este tipo de manera solvente. Asimismo, si esto se llevase a cabo, debería valorarse la idea de convertirlo en una pauta o, incluso, convertirse en norma para las aerolíneas en el futuro.
Protección laboral
Una crisis de estas dimensiones agudiza la importancia del diálogo social. Sindicatos y asociaciones de tripulantes cobran una especial relevancia a la hora de proteger a los trabajadores y de contribuir a la supervivencia de la empresa. Es por ello que hay que tratar el comportamiento antisindical como una amenaza para la sostenibilidad de la industria y valorar la posibilidad de exigir el acuerdo con los sindicatos para que las compañías puedan acceder a ayudas públicas.
Una de las claves del sector aeronáutico es el alto nivel de cualificación que necesitan sus profesionales y, en especial, los pilotos. Por esto es necesario, ante una situación como la que vivimos, mantener la mano de obra especializada y que, a su vez, los trabajadores puedan conservar sus habilidades y capacitaciones. Las características de los colectivos que trabajan en aviación hacen necesaria la implementación de medidas de apoyo tanto de cara al desempleo, como enfocadas al mantenimiento de las licencias, el entrenamiento y la experiencia reciente.
Además, según ECA, la Comisión Europea y los Estados miembros deben contribuir a garantizar la empleabilidad de los pilotos. Este organismo apuesta por utilizar los fondos europeos disponibles para compensar a pilotos o aerolíneas los costes de capacitación que deben enfrentar regularmente. Esto no es exclusivo de los pilotos, sino que se haría extensivo a los gastos de capacitación para nuevas aeronaves y operaciones.