Menú

Aviación

El modelo «Pagar por volar» para los jóvenes pilotos debe de parar

Cuando los pilotos jóvenes tienen que pagar una aerolínea para volar sus aviones de pasajeros, algo está fallando seriamente. Esta es la razón por la Asociación Europea de Pilotos (ECA) denuncia enérgicamente esta inaceptable – pero creciente – practica de las compañías aéreas y agencias intermediarias en Europa, y pide a los responsables de la UE prohibir este tipo de modelos de «Pay-to-fly» (P2F).

Estas modalidades – también llamadas «entrenamiento en línea auto-financiado» – requieren que los nuevos pilotos compren un paquete de horas de vuelo para así ganar experiencia. Por lo general, estas horas de vuelo son parte de la «habilitación de tipo ‘- un curso de formación estándar para cada tipo específico de aeronave – que es parte de la carrera profesional de cada piloto.»Las aerolíneas están constantemente reinventando modelos para conseguir mano de obra barata, como la contratación de trabajadores por cuenta propia o falso pilotos autónomos, los pilotos con contratos de agencia de trabajo temporal o con contratos de cero horas», dice el presidente de ECA, Dirk Polloczek.

«Pero Pagar por Volar (P2F) lleva estas prácticas inaceptables a un nivel completamente diferente: el empleo de los jóvenes pilotos ya no es una inversión por parte de la aerolínea en su personal, sino un simple generador de ingresos. Es un abuso contundente y una explotación de jóvenes pilotos con baja experiencia, pilotos que están desesperados por encontrar un puesto de trabajo».»Esta es la razón por la que los jóvenes pilotos han dicho «basta» y han iniciado la petición «Stop P2F», continúa Dirk Polloczek. «La comunidad de pilotos europea se mantiene firme tras ellos, e insta a los mandatarios europeos y la Agencia Europea de Seguridad Aérea, EASA, a tomar medidas decisivas y eficaces para prohibir los esquemas P2F y poner fin a este abuso.»

«Las prácticas P2F desalientan a los jóvenes pilotos, hombres y mujeres, a unirse a la profesión, o – una vez que hicieron su formación inicial de piloto – los empuja a la explotación financiera, haciéndoles pagar de 30 a 50,000 euros por un contrato P2F, añadiéndolos a los ya elevados costos de su formación inicial», dice Philip von Schöppenthau, Secretario General de ECA. «Además, P2F ofrece un incentivo perverso para que un piloto vuele a cualquier precio. Pocos se atreven a admitirlo, pero cuando tienes que pagar hasta 50.000 euros por volar un avión, se lo piensan dos veces antes de decidir no volar en caso de sentirse enfermo o cansado. Al igual que cualquier otro piloto, los pilotos jóvenes deben centrarse en su tarea y dar prioridad a la seguridad, en lugar de tener que preocuparse por las consecuencias financieras y de su carrera durante la toma de decisiones relacionadas con la seguridad «.

Con sólo unos pocos puestos de trabajo que se ofrecen, los pilotos que no tienen mucha experiencia de vuelo (por lo general menos 1.500 h) están atrapados en una situación que es como la “pescadilla que se muerde la cola”: el no tener horas de vuelo suficientes para conseguir un puesto de trabajo significa que no tienen la posibilidad de adquirir uno; y sin trabajo no hay manera de conseguir la experiencia necesaria para ser contratado.

El modelo “P2F” explota y exacerba esta situación obligando a que los pilotos realmente tengan que pagar a la aerolínea para trabajar y volar en los vuelos regulares que generen ingresos. Concretamente esto significa, además de la deuda de 70.000 a 130.000 euros con el banco desde el inicio de su carrera, que por lo general no tienen perspectiva alguna de que la empresa les vaya a contratar después de que termine su contrato “P2F”.

En un reciente informe sobre «formas atípicas de empleo en la aviación», llevado a cabo por la Universidad de Gante (Bélgica), los investigadores han identificado la modalidad de “P2F” como una de las formas más extremas de explotación y de empleo de los pilotos y recomiendan que se prohiban. Esto se suma a una nueva tendencia hacia un modelo de «falsos» pilotos autónomos, empresas de trabajo temporal y contratos de “cero-horas”, donde a los pilotos se les paga por hora volada.