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Seguridad aérea

Caos en Barajas

• El temporal Filomena ha vuelto a poner de manifiesto la incapacidad del aeropuerto de Madrid para actuar con solvencia ante adversidades climatológicas y evitar poner en compromiso no sólo la operatividad del aeródromo, sino la propia seguridad aérea.

14 de enero de 2021.

La historia se repite. Once años después de la última gran nevada en Madrid, y a pesar de la antelación con que se avisó de la dureza del temporal, el aeropuerto de Barajas ha vuelto a colapsar ante un temporal climatológico.

La declaración de RATE 0 en Barajas desde el mismo sábado implicó que decenas de vuelos fueran cancelados y que muchos otros que estaban de regreso tuvieran que desviarse a un alternativo, lo que obligó a infinidad de tripulaciones a pernoctar fuera de sus casas. La mala planificación, las deficiencias en el limpiado y puesta a punto de las pistas y las calles de rodadura o la mala comunicación entre Aena y ATC han sido algunos de los fallos detectados por las tripulaciones que han tenido que volar durante estos días. Muchos de estos fallos no sólo han tenido consecuencias en la operatividad del aeropuerto, sino también en la seguridad operacional de los vuelos que sí pudieron finalmente despegar.

No es la primera vez que algo así ocurre en el aeropuerto de Barajas, aunque esta vez la incomprensión es total debido a la antelación y precisión con que se sabía la intensidad del temporal que se avecinaba. De hecho, el día 6 de enero se reunía un comité de crisis del aeropuerto para definir el dispositivo de la operación que iba a trabajar durante el temporal. A pesar de ello, y de contar con efectivos humanos y materiales suficientes desde el año 2009 (año de la última gran nevada, que impulsó la adquisición de maquinaria y herramientas para afrontar con solvencia otra situación de estas características), el aeropuerto no puso a punto sus materiales en el momento de dar comienzo la nevada. Una pronta actuación hubiera evitado, sin duda, muchos de los daños ocasionados por el temporal.

El aeropuerto de Barajas ha reaccionado de nuevo tarde, lento y mal, y ha vuelto a poner en evidencia unas deficiencias inexplicables para un aeropuerto de referencia internacional e importante hub de conectividad mundial.

¿A qué se debe esta lentitud en la respuesta? ¿Por qué Barajas, el principal aeródromo español por tráfico aéreo y de pasajeros, no es capaz de reaccionar cuando se producen adversidades meteorológicas? ¿Por qué las comunicaciones entre Aena y ATC son tan deficientes?

El Departamento Técnico de Sepla, en su voluntad constructiva, quiere ayudar a identificar estos fallos sistémicos que se repiten con más frecuencia de la deseable. Por ello, queremos preguntar a todos los pilotos que han volado estos días desde o hacia Barajas para que nos indiquen cuál ha sido su experiencia o la anomalía sufrida, con el fin de identificar y corregir dichos fallos. Nuestra intención es contribuir a que Barajas funcione como debe hacerlo un aeropuerto de referencia y punto de conexión mundial de su talla.